
Con María Teresa Guitart tuvo tres hijos María Teresa, Angel José y Pablo, además de cerca de una docena de nietos que lo rodearon de afecto y cariño en su madurez. Y cautivado por el “payé” correntino, convenció a sus hermanos, y así Juan Carlos “Chiche” (jugador y dirigente “remero”) y Oscar Angel “Cacho” (comerciante) vinieron a Corrientes; como así también a un amigo entrañable como “El Peje” Ríos, otro regatense de alma, quién también se quedó a vivir en la ciudad y se caso con otra correntina Yolanda Sequeira.
Rodeado de sus seres queridos, y con el básquetbol como motivo excluyente, comenzó a entablar una rica y conmovedora historia en Regatas Corrientes, el Club de sus amores, y desde la subcomisión de básquetbol, en yunta con el Ing. Gómez Vara, consiguió un subsidio del Ministerio de Bienestar Social de la Nación, al frente de Adolfo Navajas Artaza, y Regatas jugó en 1976 el Campeonato Argentino de Clubes, máxima competencia interclubes por aquellos tiempos.
Silvestrini logró el concurso de jugadores de la talla del juvenil Omar “Pacho” Cóceres, del goyano Hugo Sánchez y el chaqueño (Villa Angela) Hugo “Gringo” Davidovich, además del director técnico también santafesino Eduardo Pfleger (padre del actual técnico asistente de la LNB “Fantasma”), otro de sus grandes aciertos, que dejó su impronta con el 3-2, suffle, defensa apremiante (toda la cancha) y dura, novedosos por aquellos tiempos; y en contraposición de lo que proponía el brasileño Damaseno López, partidario del ataque por excelencia; en toda una polémica filosófica para la época.
Estos grandes se sumaron a un plantel de primer nivel, exquisito técnica y tácticamente, conformado por Antonio “Tono” Dusset, Omar “Suru” Gutiérrez, José Contte, Enrique Franco, Velásquez Ibalo, “Lelo” Biloni, Valentín Treppo, “Yiyo” Barrios, y Norberto Mercanti, por nombres algunos.
Lo de Regatas fue simplemente histórico. No solo por lograr el subcampeonato, perdiendo ante el poderoso Obras Sanitarias de la Nación en Neuquén, en donde brillaban figuras de la selección Argentina como Carlos Pellandini, el “Gurí” Perazzo, Gustavo Aguirre, Claudio Villanueva y Eduardo Cadillac, por nombrar sólo a algunos; sino también por recibir el reconocimiento de todo el país.
Es que el equipo regatense ganó prácticamente en todos las canchas de la Argentina, incluido en Santiago del Estero ante el INTI de Miguel Cortijo, luego reclutado por León Najnudel en Ferro Carril Oeste, y en Esperanza, provincia de Santa Fe, en donde “Pacho” Cóceres retuvo la pelota, picando y dribleando, por espacio de casi dos minutos para derrotar a Almagro y llegar a la gran final.
“Silvestrini que se había entregado desinteresadamente por éste torneo (Campeonato Argentino), no pudo ser de la partida en el tramo final. Tenía que asistir a la recepción de su hija, y pese a que el básquetbol era su pasión, y Regatas, su gran amor, primero estaba la familia y se quedó en Corrientes”, contó el “Gordo” José Antonio Barreto que trasmitió las alternativas del Argentino por Radio Argentina y L.T. 7 Radio Corrientes, con un oyente de fierro, aunque a escondidas, Don “Tito” Silvestrini.
“Así era “Tito” –siguió relatando Barreto-. Lo dio siempre todo, sin pedir absolutamente nada a cambio. Lo recuerdo con la pasión de siempre, la misma que trasmitía, con toda su familia y amigos, en la platea de Regatas Corrientes, en el TNA o en la Liga Nacional”.
“Siempre recuerdo, colaborando con mis hijos en el suplemento deportivo “Fantasmas de Bolsillo”, en la última entrevista que le realice, que me dijo con absoluta sinceridad y devoción: “íntimamente tengo una gran satisfacción y me siento orgulloso de Regatas porque es una de las instituciones más grandes del país”.
“El deporte, el básquet, me dejo muchos amigos”, dijo una vez Don “Tito” Silvestrini, los mismos que hoy sienten su partida, la de un luchador con mayúsculas, de le de un apasionado franco, y la de un hombre que hizo culto de la familia y amigos, siempre de la mano de su gran amor: el Club de Regatas Corrientes, la institución que hoy, como no podía ser de otra manera, está de luto.
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